dejar... (2009)

Y dejar la vida en la nada
y arrojar las ganas contra la misma pared.
El aire, las hojas en movimiento
ahora convertidas en murallas.
Tiempo, el tiempo sabio asesino,
solo acumula las marcas,
Solo retrasa las cicatrices…
Conciencia, no hay conciencia.
No existe la calma más que en recuerdos que olvido.

Caminar, esperar, encontrarse,
solo si sabés donde buscarte,
¿Dónde buscarme? ¿Dónde encontrarme?
Marcas y más marcas,
Resumen de mi vida que no fue vida,
solo memorias de mi muerte.
Tiempo perdido, que ya está perdido.
Dolor… y alegría porque duele.
Risas con alma de lágrimas, risas…
Quién valora una sonrisa no la olvida, no la olvido.
Quién valora una caricia, sufre por no tenerla, yo la tuve…
y se esfumó cuando el viento arrastró sus restos.
Comenzar, ¿donde comenzar?
Comencé al abrir los ojos y ver el día,
para volver a sentir desolación, el puto abandono,
y escuchar la misma cinta, leer el mismo verso,
una página con un mismo renglón que se repite una y otra vez,
y uno termina por verla en blanco.
Doy vuelta la hoja, tal vez la historia se repita,
tal vez ese sea el fin, ¿Qué importa?
Nunca voy a entender de que trataba.
Y no vale la pena buscarle un sentido,
el tiempo seguiría corriendo.
Ruido, ruido, mente en cero.
Caras difusas porque todo es difuso, como el humo.
La carne se vuelve sombra, con aroma a carne.
Y mis dientes cada vez más afilados, la destrozan…
Destrozada, aturdida.
No hay reglas, nunca hubo reglas
sólo el que las señalaba.
El error no señala, solo se equivoca.
Equivocados, el amor y el odio en la misma cama,
carne, podrida, basura, repugnante,
que quiso ser dios y yo solo vi el infierno.
El juez y el acusado,
¿Quién es realmente cada uno? ¿Quién triunfa?
Siempre triunfa alguno, éste no es el caso, porque no hay caso,
Porque nunca lo hubo.
Todo es mentira, porque la verdad solo tuvo un objetivo, retener…
y retener es mentir esa es la verdad.
Morir, quiero vivir, vivo.
Sufrir, quiero reír, sufro.
Amor, quiero odiar, odio.
Pena, quiero amar, ya no amo.
Ese es el sentido de mi historia, ese es tu fin,
tu página en blanco,
donde voy a escribir lo que siempre quise haber leído,
para que un día alguien se atreva a leer el relato completo,
y crea en un nuevo final que no signifique terminar.